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março 13, 2007
CTRL+C/CTRL+V - Juego de iconos, por Alberto Martín
La artista surafricana Candice Breitz se apropia de los contenidos y los iconos de la industria del entretenimiento para generar complejas videoinstalaciones en las que desmonta los códigos y valores sobre los que se construye la cultura de masas
CTRL+C/CTRL+V - Juego de iconos
ALBERTO MARTÍN
DO EL PAÍS
Candice Breitz (Johannesburgo, Suráfrica, 1972) define acertadamente su trabajo como un proceso de reciclaje, traducción e interpretación de materiales y lenguajes preexistentes. Una eficaz actualización de un procedimiento característico de la vanguardia, como es el collage, asimilado por ella a mecanismos de apropiación actuales como el sampleado o la remezcla. Breitz exprime las herramientas clásicas de manipulación y transformación de contenidos y mensajes, adaptándolas a los nuevos medios, sea el vídeo, a través del montaje, o la manipulación digital, mediante el borrado y el enmascaramiento.
Los materiales preexistentes a los que se refiere son algunos de los productos más característicos de la cultura de masas: películas de Hollywood, actores y actrices del star-system, ídolos de la música pop, series de televisión. Candice Breitz lleva a su mesa de montaje estos productos y los disecciona, los corta, los fragmenta, los mutila, y después vuelve a pegarlos, desechando o eliminando algunas partes, repitiendo o copiando otras, y borrando todo aquello que le sobra, tanto en la imagen como en el sonido, porque ambos elementos juegan un mismo papel central en sus piezas. El objetivo de estos procedimientos de alteración y reconfiguración es construir un producto alternativo en el que se den de manifiesto las condiciones y los códigos sobre las que estaba construido el producto modificado o trasladado.
A la ortodoxia y la previsibilidad en que se mueve el consumo de la industria del entretenimiento y a la posición jerárquica y protegida de los iconos de dicha industria, se opone así un producto que vulnera la sintaxis, el discurso, la cadencia, la melodía, la narración y la atmósfera del espectáculo, o se provoca una inversión de papeles en la que el personaje tradicionalmente pasivo y sólo receptor -los fans, el consumidor, el espectador- pasa a tener una posición protagonista. Las cinco videoinstalaciones que se presentan en esta exposición [Candice Breitz: Multiple Exposure @ MUSAC, León], creadas entre 2000 y 2005, reflejan adecuadamente los diversos registros del incisivo trabajo de esta artista. Destaca la que hasta el momento es su obra más compleja e interesante, Mother + Father, dos instalaciones en paralelo y complementarias, cada una compuesta de seis pantallas en semicírculo, en las que aparecen seis conocidas actrices y actores de Hollywood encarnando los estereotipos de la maternidad y la paternidad.
Completan la muestra las piezas Queen (A Portrait of Madonna), instalación de 30 monitores en las que 30 fans italianos de Madonna interpretan una a una y con entera libertad de sentimientos y emociones las canciones de un disco de su ídolo; Becoming, compuesta de siete dobles monitores, en los que la propia artista dobla o imita a destacadas actrices de Hollywood; Solilloquy Trilogy, donde ha re-montado tres conocidas películas interpretadas por tres importantes iconos del star-system, dejando sólo aquellos planos en los que hablan los protagonistas (Clint Eastwood, Sharon Stone y Jack Nicholson); y Four Duets, en los que reduce la interpretación de cuatro canciones románticas a los breves momentos en que se pronuncian las palabras Yo y Tú.
Cinco piezas con las que la artista deja a la vista, desmiembra y altera el armazón que sustenta la omnipresente cultura del entretenimiento: los estereotipos, la entronización de valores e iconos mediáticos, la naturaleza "construida" de los sentimientos y las identidades en la cultura de masas, o las convenciones narrativas e iconográficas que sustentan la suplantación de lo real por un referente idealizado.
Y lo que probablemente es más importante en todo este dispositivo, las complejas videoinstalaciones de Candice Breitz obligan siempre al espectador a elaborar su propia lectura, ya sea porque debe recorrer la propia instalación pasando de una pantalla o de un monitor a otro, ya sea porque se ve imposibilitado para acceder simultáneamente a todas las imágenes que se le ofrecen o para entender el aluvión desordenado de diálogos que se escuchan. Un eficaz y respetuoso mecanismo que nos mantiene conscientes del carácter construido de todo mensaje y del artificio que se esconde detrás de toda imagen. O lo que es lo mismo: el sueño imposible de un mundo al revés.
copy&paste: Juliana Monachesi
fonte: http://www.elpais.com